“El Juez” o “Judge Dredd” es una película estadounidense del año 1995 de ciencia ficción y thriller dirigida por Danny Cannon y escrita por John Wagner, Carlos Ezquerra, Michael De Luca entre otros.
En un violento mundo futuro, vive Joseph Dredd, un Juez que es acusado por Rico su clon malvado por el asesinato de un periodista. Estando en la cárcel, Joseph hará todo lo posible para limpiar su nombre en compañía de un prisionero al que el mismo sentenció. Con el fin de evitar una tragedia, Dredd asesina a Rico, quien tenía planeado activar todo su ejército de clones que estuvo construyendo durante mucho tiempo. Finalmente, Joseph vuelve tranquilamente a las calles con su nombre limpio y retomando su vida.
Hemos visto tantas películas de Ciencia Ficción en que la suciedad y el caos definen tanto al héroe como al mundo en que este se desenvuelve que era hora de ver algo distinto. Hacía falta para aquella época, un poco de la magia y fantasía de la Guerra de las Galaxias. Un héroe sin chaqueta de cuero viejo, que se afeitara por las mañanas y que no tuviera una colita en el pelo.
El Juez fue eso y algo más. Sylvester Stallone es un policía/juez en una ciudad estado que está perdiendo el control sobre sí misma. Enfrentando el caos urbano se encuentra un Consejo de Gobierno que aspira llevar el orden y la paz a todos los ciudadanos.
Como el comic en que se basa la película, la premisa es típicamente fantasiosa e inocente. Los trajes, vehículos y escenografía nos recuerdan las primeras batallas entre Luke y Darth Vader.
La policía élite del Consejo es una réplica de la guardia del viejo Darth. De hecho la voz del villanisimo de la saga de George Lucas abre la película en off. El uniforme de Stallone es tan prensado que de no tener un derrier medio decente el look colapsaría. El material de las hombreras sería suficiente para hacerle un uniforme completo a cualquier hombre grande.
Como es de esperarse, dentro de las fuerzas del orden se encuentra un personaje corrupto que quiere sembrar el pánico para sus propios fines. La lucha entre Stallone y el Villano, interpretado por Armand Assante, mantiene el film bien centrado y con suficiente acción.
Aunque el guión decae notablemente al final de la película, es recomendable para los amantes del género.
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